lunes, 21 de noviembre de 2011

Accidente radiológico de México

El 16 de Enero de 1984, en el Laboratorio Nacional de Los Álamos (Nuevo México, EEUU), un detector de radiación dio la alarma. Una cámara localizó la fuente de la radiación, se trataba de un camión cargado de varillas de acero para la construcción, el cual, por error, entro a los terrenos del Laboratorio. 



El camión era propiedad de la compañía Smith Pipe and Steel, interceptaron el vehículo para medir la radiación con un contador Geiger, descubriendo que las varillas estaban contaminadas con Cobalto-60.
Las varillas venían de un distribuidor de acero de Arizona, que a su vez compro el acero a una fundidora de Chihuahua, México. Además, el distribuidor aviso que otros 5 camiones llevaban cargas de la misma procedencia. El jefe del Laboratorio, Tom Buhl, avisó a varios organismos estatales.
El enigma de la situación era cómo había llegado el Cobalto a una fundidora de acero en Chihuahua. Para entonces ya se habían encontrado unas 6000 toneladas de acero contaminadas. La compañía de Aceros de Chihuahua advirtió a los Ingenieros que el acero era comprado en varios depósitos de chatarra, que se hallaban en distintas ciudades. Entonces se testearon los camiones que provenían de dichas ciudades, y tres camiones provenientes de Ciudad Juárez estaban contaminados con Cobalto-60.

El 20 de Enero comprobaron los niveles de radiación de Ciudad Juárez, detectando niveles muy elevados en los depósitos de chatarra. De inmediato el depósito fue clausurado, detectándose poco después gránulos de Cobalto-60, los cuales, según se descubrió, pertenecían a alguna maquina de terapia para el cáncer. 



Detectaron una camioneta con emisión radioactiva, la cual tenía en su caja varios de estos gránulos. Dicha camioneta pudo haber contaminado a toda la ciudad, con dosis de radiación realmente nocivas.
El hombre se había llevado desechos metálicos del depósito de un hospital, entre ellos, parte de una máquina para tratamiento del cáncer, que no pudo ser utilizada por el hospital debido a que no contaba con personal especializado. Este hombre llevo las partes, junto con el recipiente de Cobalto-60 a su camioneta. Sin saber del peligro, perforo el recipiente, derramándose unos 600 gránulos en la caja. Muchos otros fueron desparramados por las calles y en el depósito de chatarra, contaminando todo lo que había a su alrededor.

El director del centro médico culpó al chatarrero argumentando que este se llevo la maquina sin autorización, pero este replicó que le habían ordenado limpiar todo, sin que nadie le advirtiera del peligro. 



Una fundidora de acero compró el material para la fabricación de varillas después de eso, pero sin saberlo. Ese acero fue distribuido a lo ancho y largo del país además de ser exportado otros países.
Acto seguido la Comisión Nacional de Seguridad Nuclear rastreó  17.000 construcciones con varillas de acero contaminadas. Según esta comisión sólo 8.000 edificios presentaban niveles altos de radiación por lo que fueron demolidos.

Los habitantes de la ciudad fueron examinados, presentando muchos de ellos signos evidentes de envenenamiento radioactivo, como debilidad, jaquecas, anemia, esterilidad, erupciones cutáneas, etc.
En México no hay cifras de muertes relacionadas con radiación del Cobalto-60. No existen estudios sobre el tema, sólo se sabe de gente expuesta a los materiales radiactivos que murió de cáncer, como los trabajadores que abrieron la fuente del equipo que contenía el cobalto radiactivo.

Para solucionar el problema, se improvisó "cementerio nuclear" donde ocurrió el accidente. El cementerio nuclear fue el depósito final del material radiactivo, aunque hizo que la zona donde se ubicó fuera inhabitable, y se convirtiera en lugar envenenado que seguirá siéndolo durante muchos años.


Fuentes:
taringa.net
artrev.8k.com

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