El accidente de ‘Windscale'
ocurrido el 10 de octubre de 1957 fue el peor accidente nuclear en la historia
de Gran Bretaña, alcanzando el nivel 5 en la INES (accidente con riesgo fuera
del emplazamiento). El accidente sucedió cuando el núcleo del reactor 1 se
incendió, liberando considerables cantidades de contaminación radiactiva al
exterior de la planta.
Después de la Segunda
Guerra Mundial, el gobierno británico, no queriendo ser dejado atrás como
potencia mundial en la emergente carrera armamentista, se embarcó en un
programa para construir su propia bomba atómica tan rápidamente como fuera
posible. El reactor número 1 de Windscale se declaró operacional en octubre de
1950 seguido por el reactor número 2 en junio de 1951.
Los reactores fueron
construidos en un corto periodo de tiempo cerca de Seascale, Cumberland. Estaban
construidos dentro de unos grandes edificios bastante cerca uno del otro,
fueron llamados Pila 1 y Pila 2. Los reactores eran del tipo moderado por
grafito y refrigerados por aire. Debido a que la fisión nuclear produce grandes
cantidades de calor, era necesario enfriar los núcleos de los reactores
soplando aire a través de unos canales en el grafito. El aire frio era
ingresado por una batería de grandes ventiladores, y el aire caliente
posteriormente era extraído por la parte trasera del núcleo hasta una chimenea
de 120 metros de alto. Se agregaron filtros en las etapas finales de la
construcción en la parte más alta del cañón de las chimeneas, en un principio
se veía como innecesarios, un desperdicio de tiempo, pero, probablemente
previnieron que el desastre se convirtiera en una catástrofe.
Para tener un acuerdo
sobre armas nucleares con Estados Unidos, los británicos tenían que demostrar
que eran tecnológicamente iguales. Las instalaciones de Windscale fueron
construidas para producir plutonio para la primera bomba atómica británica.
Después de la exitosa explosión de la bomba atómica, Estados Unidos diseñó y
probó una bomba termonuclear que con tritio. Los británicos no tenían ninguna
instalación para producir tritio y decidieron usar los mismos reactores de
Windscale. El tritio puede ser producido en reactores nucleares usando la
activación por neutrones del litio-6. Se necesitaban temperaturas más altas
para este proceso que las necesarias para producir plutonio, y se optó por
reducir el tamaño de las aletas de refrigeración de los cartuchos de aluminio
del combustible. Finalmente se pudo producir tritio al empujar el diseño de
primera generación de las instalaciones de Windscale más allá de sus límites y
con un reducido margen de seguridad en la operación. Después de producir
exitosamente un primer lote de tritio en la Pila 1, se presumió que el problema
del calor era insignificante y se comenzó la producción a plena escala, pero al
elevar la temperatura del reactor más allá de las especificaciones de diseño,
los científicos habían alterado la distribución normal del calor en el núcleo,
causando que se desarrollaran puntos de calor en la Pila 1. Los científicos pasaron
por alto estos picos de calor ya que los termopares usados para medir las
temperaturas del núcleo estaban posicionados basados en el diseño de
distribución de calor original y no estaban midiendo las partes más calientes
del reactor, llevando a lecturas falsas.
En la mañana del 10 de
octubre, se sospechó que algo inusual estaba ocurriendo. La temperatura en el
núcleo, que se suponía debería estar cayendo gradualmente comenzó a comportarse
de forma ambigua tal como lo mostraba el equipo de medición, pero además un
termopar mostraba que la temperatura en el núcleo estaba aumentando en vez de
disminuir. En un esfuerzo para ayudar a enfriar el reactor, se incrementó el
flujo del aire. Esto alimentó al incendio con más oxígeno y llevó material
radiactivo hacia la chimenea y las galerías de los filtros. Fue entonces que
los trabajadores en la sala de control se dieron cuenta que los dispositivos de medición de radiación que vigilaban la radiación existente en la parte
superior de los cañones de las chimeneas estaban dando lecturas elevadísimas.
De acuerdo con los procedimientos escritos, el capataz declaró una emergencia.
Los operadores trataron
de examinar el reactor con un escáner remoto pero este se estropeó. El segundo
en el mando de la unidad sugirió examinar personalmente el reactor así que él y
otro operador se dirigieron a la cara de carga del reactor, vestidos con ropa
protectora y vieron que el combustible estaba al rojo vivo. No había duda que
el reactor estaba incendiándose, y que lo había estado haciendo por casi 48
horas.
El director de la unidad se
puso un equipo protector completo y un aparato de respiración autónoma y escaló
los 24 metros hasta la parte superior del edificio del reactor, se detuvo
arriba de la tapa del reactor para examinar la parte trasera de este, la zona de
descarga. Allí informó de una luminiscencia roja atenuada, iluminando la brecha
entre la parte trasera del reactor y la parte trasera del edificio de contención.
Los operadores no estaban
seguros de que hacer con respecto al incendio. Primero, intentaron de apagar
las llamas poniendo los ventiladores a toda potencia e incrementar la
refrigeración, pero esto disperso las llamas. Se había tratado de crear un
cortafuego sacando algunos de los cartuchos de combustible no dañados desde el
incendio. Las barras fueron retiradas con sus extremos incandescentes y, una de
ellas, fue sacada goteando metal derretido. Estas barras contenían uranio derretido
y esto causó serios problemas de radiación en el elevador de carga.
Después, los operadores
trataron de extinguir el fuego usando dióxido de carbono. 25 toneladas de
dióxido de carbono líquido y fue lanzado en la cara de carga de la Pila 1 de
Windscale, pero hubo problemas en hacer que llegara al fuego en cantidades
efectivas. Once toneladas de uranio estaban ardiendo. Las temperaturas eran
extremas superando los 1300°C y el edificio de contención estaba en peligro de
colapsar, como última opción los operadores decidieron usar agua. Esto era peligroso,
ya que el metal derretido se oxida en contacto con el agua, sacando el oxígeno
de las moléculas de agua y dejando hidrógeno libre, el cual puede mezclarse con
el aire y explotar, destruyendo el ya debilitado edificio de contención. Aproximadamente
una docena de mangueras contra incendios fueron llevadas a la cara de carga del
reactor y atadas a los andamios e introducidas en los canales de combustible a
aproximadamente un metro sobre el núcleo del incendio. Sin embargo el agua no
tuvo éxito en extinguir al incendio, requiriéndose más medidas para intentar
extinguir el fuego.
A continuación se ordenó apagar
toda la refrigeración y el aire de ventilación que entraba al reactor. Se
comprobó que las llamas que saltaban desde la cara de descarga estaban
lentamente extinguiéndose. Durante una de las inspecciones, se averiguó que las
válvulas de inspección estaban pegadas debido a que el fuego estaba tratando de
absorber aire desde cualquier lugar que pudiera. Las llamas se apagaron y
el brillo comenzó a morir, finalmente el fuego se había extinguido. El agua se
mantuvo fluyendo a través del reactor por otras 24 horas hasta que este estuvo
completamente frió.
Hubo una fuga de material
radiactivo que se dispersó a través del Reino Unido y Europa. El incendio
liberó cantidades monstruosas de yodo-131, también cesio-137 y xenón-133, entre
otros radioisótopos. El isótopo radiactivo más
preocupante fue el yodo-131, que tiene una vida media de sólo 8 días pero es
absorbido por el cuerpo humano y almacenado en la glándula tiroides y a menudo
provoca cáncer de tiroides.
Nadie fue evacuado del
área adyacente, pero hubo preocupación respecto a que la leche podría haber
estado peligrosamente contaminada. Un estudio del año 2010 de los trabajadores
involucrados directamente en las tareas de limpieza no encontró efectos
significativos a largo plazo sobre la salud.
El tanque del reactor en
sí mismo ha permanecido sellado desde el accidente y aún contiene
aproximadamente unas 15 toneladas de combustible de uranio. Se pensó que el
combustible restante podría volver a incendiarse nuevamente si se manipulaba,
debido a la presencia de hidruro de uranio pirofórico formado a partir de la
inundación original con agua. Investigaciones posteriores, conducidas como parte
del proceso de desmantelamiento, descartaron esta posibilidad. El desmantelamiento
final del reactor está provisto para el 2037. Ningún reactor refrigerado por
aire ha sido construido desde entonces.
Fuente y fotos: wikipedia.org
Excelente información!!
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